El ocio popular en el País Vasco se centra en las romerías.
La mayoría serán de carácter rural y cada barrio organizaba
las suyas. Sin embargo hubo también algunas semi-urbanas como la de
Loyola, a la que acudían los donostiarras, o la de Begoña en
Bilbao.
La música y los bailes se mezclarán con la alegría de la
sidra y el chacolí.