Las Exposiciones Universales serán la culminación de las exposiciones
de la industria que se venían desarrollando desde finales del siglo
XVIII. Servirán para mostrar los últimos descubrimientos, los
progresos de la industria, del comercio y, en ocasiones, razas y costumbres
exóticas de las numerosas colonias explotadas por el imperialismo occidental
en auge.
En 1851 tuvo lugar la que viene siendo considerada como la primera Exposición
Universal. Fue organizada por el Reino Unido en la ciudad de Londres, la capital
de la primera potencia del mundo. Se diseñó un edificio espectacular,
el llamado Palacio de Cristal, con elementos preconstruidos que fueron ensamblados
en un tiempo record en pleno corazón de Hyde Park y fue la mejor representación
del espíritu emprendedor de la época. La exposición recibió más
de seis millones de visitantes.
Cuatro años después, en 1855, se organizó en París
la que se llamó Exposition Universelle des Produits de l’Industrie.
Este tipo de eventos se convirtió en la unión de intereses públicos
al más alto nivel con intereses privados de casi todos los sectores empresariales.
Hasta la Primera Guerra Mundial se celebraron diecinueve exposiciones universales
y numerosas internacionales en ciudades europeas y norteamericanas.
Walter Benjamin
Inauguración de la Exposición Universal de París 1878
“Las Exposiciones Universales son lugares de peregrinación al
fetiche que es la mercancía”
Gustave Eiffel propuso a los organizadores de la Exposición Universal
de Barcelona, 1888, la construcción de su torre metálica,
pero fue rechazada.
La torre de Colón fue construida para esta exposición.
El inventor donostiarra Ramón Barea presentó su velocípedo náutico en la Exposición Universal de París 1900.