El panorama era una representación circular continua colgada en un edificio expresamente construido para acomodarla. El visitante observaba la imagen desde una plataforma central que le permitía la visión panorámica de 360 grados. Desde que Robert Baker realizó el primer panorama de Edimburgo en 1787, el fenómeno se fue extendiendo por las principales ciudades de Europa a lo largo de todo el siglo XIX. Los temas más representados eran vistas urbanas y escenas de batallas.