Nació en 1785 en Torredonjimeno, Jaén. Militar de carrera, durante la Guerra de la Independencia fue hecho prisionero y conducido al Norte de Europa donde estuvo hasta que finalizó el conflicto. Fue recompensado con el grado de teniente, con el que sirvió en el regimiento de infantería de Saboya.
Durante el Trienio liberal se sublevó y se unió a Zumalacárregui en Navarra, alcanzando junto a él el grado de capitán.
Al estallar la Primera Guerra Carlista volvió a unirse al de Ormaiztegi, que lo nombró jefe de su Estado Mayor. Participó junto a él en los combates de Nazar y Asarta , Vitoria y Alsasua, entre otros. En 1834 escoltó a Don Carlos hasta que fue nombrado Comandante General de Vizcaya. Paso luego a ocupar el mismo cargo en Guipúzcoa, siendo ascendido a Mariscal de Campo por su comportamiento en Guernica y la toma de Tolosa.
La guerra se desarrollaba en tres territorios, el vasco, el catalán y el aragonés. Los carlistas trataron de extenderla al resto de la península para lo que organizaron una serie de expediciones militares entre las que destacó la dirigida por Gómez.
La Expedición de Gómez partió en junio de 1836 con unos 3.000 hombres con dirección a Asturias y Galicia. Durante seis meses esta expedición recorrió gran parte de la península perseguido por las tropas liberales. Gómez conquistó Oviedo, Santiago de Compostela, León, Palencia, Albacete, Córdoba, Almadén, Cáceres y Algeciras, pero tan pronto abandonaba las ciudades conquistadas, los liberales recuperaban el control sobre ellas, por lo que fracasó en su objetivo de extender la guerra.
Durante estos seis meses se enfrentó a diversos militares liberales. Derrotó a Tello y López en Baranda y Matilla, mientras que Alaix y Espartero le obligaron a retirarse en Escaro y Villarrobledo. Los generales Rodil y Narvaez también le persiguieron infructuosamente. Consiguió movilizar a 25.000 liberales tras sus 6.000 hombres -teniendo en cuenta a los que se le unieron a lo largo de su recorrido, Cabrera entre otros- pero fueron incapaces de parar la expedición, que regresó al territorio vasco con unos pocos hombres más que con los que partió.
A pesar de lo asombrosa que resultó la expedición, Gómez fue detenido y juzgado por los propios carlistas acusado de no haber cumplido las órdenes encomendadas. Al finalizar la guerra se exilió en Francia y volvió a España durante el levantamiento de 1847 a 1849 como Comandante General de Andalucía. Tras el fracaso de esta nueva sublevación carlista volvió al exilio francés donde falleció poco después, siendo enterrado en Burdeos.