Surcó
los mares en busca de botines, respaldado por el estado francés.
Era corsario y aunque de métodos similares a los piratas,
únicamente atacaba a los países enemigos, no a los
neutrales o aliados. Adscrito a la Marina Real francesa, embarcó
en 1793 como primer teniente y participó en combates contra
los españoles en América. Estando en Perú,
Pellot y sus corsarios atacaron un galeón español
cargado de oro, haciéndose con el botín. Pero camino
a Francia fueron sorprendidos por los ingleses y apresados. Los
ingleses, debían devolver el oro a los españoles,
ya que eran aliados, aunque nunca lo hicieron.
Años
más tarde, Pellot abandonó la carrera oficial y
tomó el mando de 40 marinos vascos, sufriendo diversas
detenciones a manos inglesas.
Napoleón y Wellington le ofrecieron un puesto en sus respectivas
armadas. Resulta asombroso que el general inglés le ofreciera
un cargo a quien había luchado contra Inglaterra durante
35 años. Sin embargo, no aceptó ninguno de los cargos
y se retiró enriquecido con 47 años.
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