Prueba
de su talla son sus objetos personales: una silla que mide 64
centímetros de alto, unos guantes de 33 centímetros
y unas abarcas, calzado típico de los caseros, que miden
42 centímetros, lo equivalente a un número 63.
En aquella época el estadounidense Phileas Taylor Barnum
se hizo famoso gracias a exhibir en su circo a acromegálicos,
desfigurados y esto influyó en la iniciativa de José
Antonio Arzadun, vecino de Lecumberri (Navarra), de formar una
sociedad para exhibir al gigante por diversos pueblos y así
ganar dinero.
Documento que sirvió de contrato entre la sociedad y Miguel
Joaquín, un texto firmado en 1843 y que en él se
establece que la sociedad tenía que pagarle todo el tabaco
a Miguel, además de dejarle ir a misa todos los días,
en cualquier lugar que se hallara.
De
esta forma Miguel comenzó a viajar y a exhibirse vestido
de turco o de general de la armada española, primero por
España y luego por Europa, donde fue presentado como el
'Gigante vasco'. tal y como muestran varios grabados.
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Cuando
contaba con 29 años ya había visitado Portugal y
Francia y existen documentos que acreditan que visitó en
Madrid a Isabel II, en Francia al rey Luis Felipe, en Portugal
a la reina María de la Gloria y en Inglaterra a Victoria
I. En Gran Bretaña le buscaron una novia que le llegaba
por la barbilla y quisieron que se casara con ella, ya que le
podía beneficiar para su espectáculo, pero él
lo que quería era volver a su pueblo.
Miguel Joaquín de Eleicegui murió con 43 años
en su pueblo natal por una tuberculosis pulmonar y su cuerpo fue
enterrado en el cementerio de Altzo, pero cuenta la leyenda que
alguien robó sus huesos, ya que la gente del pueblo dice
que cuando llegó el momento de exhumar su cuerpo su esqueleto
había desaparecido.
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