La sociedad vasca sufrirá profundas transformaciones en el período que separa las dos guerras carlistas (1839-1872). Mientras en España se consolida el sistema liberal, el régimen foral se va transformando en Euskal Herria. A pesar de pactar el respeto a los Fueros en Bergara, comienzan a materializarse medidas que los transforman, como el traslado de las aduanas del Ebro al Bidasoa en 1841.
La industrialización da sus primeros pasos en Euskal Herria, junto al desarrollo de las vías de comunicación y la expansión de las ciudades. Por otra parte el Foralismo, tras las mencionadas transformaciones, se convertirá en objetivo de un sector más amplio de la sociedad vasca, incluyéndose en él los liberales moderados.